‘Zeta’: El personaje azul que ha invadido las calles de León

En las paredes del centro, en locales, bardas y esquinas de distintas colonias de León, aparece una criatura azul y mirada enorme. Su nombre es Zeta, y aunque muchos lo consideran solo “el personaje azul” que invade la ciudad, detrás de él hay una historia de transformación, arte y resistencia.

Zeta nació hace ocho años de la mano de Gabe o Gaverga, un artista urbano leonés que comenzó a pintar desde los 16. Hoy, su personaje se ha convertido en un ícono del grafiti local, reconocido por su estética monstruosa y por el mensaje que transmite en los muros más inesperados.

El personaje ha mutado con el tiempo y se adapta a los contextos que el propio artista vive o que observa en su entorno. Durante la pandemia, Zeta apareció con cubrebocas; en otros murales ha mostrado lágrimas, gestos de enojo o sonrisas, dependiendo del ánimo del creador.

“A veces hago Zetas tristes, otros felices. Me gusta adaptarlo a lo que va pasando”, comparte el artista.

Del grafiti ilegal al reconocimiento artístico

Gabe comenzó en el grafiti sin apoyo institucional. Con más de 15 años pintando, recuerda que al inicio lo movía la curiosidad por saber quién llenaba la ciudad de colores y firmas en las paredes. Hoy reconoce que el arte urbano en León ha alcanzado un nivel alto y una comunidad sólida.

“Siento que la escena está chida. Hay muchos artistas urbanos con demasiado nivel. Si te gusta pintar, buscas la manera, trabajas y te compras tu material. A veces no hay apoyo, pero tú sigues”, dice.

Esa perseverancia lo llevó a dejar de ser solo un grafitero callejero para convertirse en un referente del arte urbano leonés. Zeta, su alter ego, lo ha llevado a participar en eventos como Mictlarte, el festival anual en el Panteón San Nicolás donde el Instituto Municipal de la Juventud convoca a artistas locales.

“Hace unos años me invitaron a pintar ahí por primera vez, y fue cuando me empecé a creer la historia de que lo que hacía era arte”, cuenta.

Arte para quienes no llegan a los museos

Aunque sus obras ya se exhiben en espacios reconocidos, Gabe prefiere llevar su pintura a las colonias marginadas. Busca acercar el arte a los niños que no pueden ir al centro o visitar museos.

En lugar de quejas, sus murales suelen despertar curiosidad y admiración. Muchos vecinos le ofrecen sus muros, y algunos negocios le han pedido pintar sus fachadas o colaborar con diseños personalizados.

Zeta ya forma parte de la identidad visual de León. Para Gabe, el éxito de su personaje no radica solo en el reconocimiento, sino en el impacto que tiene en las calles donde comenzó su historia.

“Lo que más me gusta del grafiti es hacerlo”, resume. “Empezar algo, ver cómo toma forma y saber que lo que haces conecta con alguien más. Eso, para mí, ya es suficiente”.

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